Columna Intendente Galilea: Ajuares para niña(o)s

05 Octubre 2009
El sello de la protección social de los Gobiernos de la Concertación es único y notable. Sólo en estos años de la Presidenta Bachelet se ha gestado una labor inédita en salas cunas y jardines infantiles.
Sergio Galilea Ocón >
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Hace unos días hemos comenzado la entrega de un completo ajuar para las niñas y niños recién nacidos en el sistema público de salud. Con la ministra Paula Quintana lo hicimos en la maternidad del histórico Hospital de Puerto Montt. Se trata de una gran inversión que corresponde a casi un 80% de los nacimientos, que ocurren en instalaciones públicas, aunque pertenezcan a beneficiarios de Isapres. El ajuar contiene una cuna de primera calidad, material de apoyo didáctico y formativo, todo lo concerniente a la muda, el aseo y el cuidado detallado del niño. Obtenerlo a través de una licitación internacional eficiente ha permitido disminuir los costos a una tercera parte de lo que cuesta en el mercado (unos 200 mil pesos). La idea es simple: se trata que desde la cuna la niña y el niño tenga las oportunidades igualitarias que Chile les brinda.
El sello de la protección social de los Gobiernos de la Concertación es único y notable. Sólo en estos años de la Presidenta Bachelet se ha gestado la pensión básica solidaria, consolidado las prestaciones del plan Auge de Salud y efectuado una labor inédita en salas cunas y jardines infantiles, que aseguran el cuidado y bienestar de los niños y el desempeño laboral de sus madres. En todo lo anterior está el sello de “la igualdad” y la lucha por “la dignidad”.
Dignifica a un niño y su familia saber que el Estado procurará un conjunto de bienes esenciales, por derecho, al momento del nacimiento. Eso ocurre en Chile y los países desarrollados. Ha sido posible porque existe una convicción para luchar por una sociedad más justa. No es “un regalo”, ni mucho menos populismo. Es un derecho que se garantiza a las niñas y niños que se integran a nuestra sociedad.
Esta es una “acción más” del largo camino de la integración social hacia una sociedad más justa, igualitaria y decente. Ellas y ellos serán los hombres y mujeres del mañana, nacidos en el entorno del Bicentenario, a los que se les abren posibilidades muy superiores a las generaciones anteriores. Que cada cual llegue hasta donde sus capacidades lo permitan y que la sociedad no los segregue y les corte sus posibilidades efectivas. Existe una convicción democrática muy profunda en la protección social.
Supone también mucha responsabilidad de las familias que reciben estos beneficios y se van integrando a una sociedad más justa, con su organización y su compromiso. Supone un tremendo esfuerzo organizativo de nuestros servicios de salud y ha requerido creatividad y eficiencia para operar. Debemos llegar a los lugares más aislados donde aún nacen niños con equipamientos menores.
La “marraqueta bajo el brazo” la provee un Estado comprometido y eficiente. Una Presidenta, un Gobierno y una Concertación de la que sentimos legítimo orgullo.